Podría ser el título de la nota y vendería con pico de rating incluido, pero no.
El (no) tan famoso periodista y comunicador Alvaro Padilla estuvo internado de urgencia en un hospital de Capital Federal y aquí va toda la verdad. Único medio que accedió a sus palabras.
Esa mañana no fue como las demás, un leve dolor de espalda y de estómago lo recibieron al abrir los ojos: “una mala noche o quizás fue la pizza y la cerveza extra”. Estas dolencias no detuvieron su jornada diaria, y como todos los días se fue a buscar trabajo. No buscaban gerente, seguro la próxima.
Durante el transcurso de las horas lo leve se transformó en insoportable y “casi que la noche me sorprende” aclara el susodicho, y fue en busca de un buen remedio casero para los dolores estomacales. Un shot de fernet del bueno, no vamos a dar publicidad gratuita, que no fue suficiente.
Y nada, el dolor persistía y -esa altura- se transformó en gemidos. Le dolía en serio parece la barriga. Su fiel amigo Juan lo llevó al hospital Durand a que alguien pueda callar esos lamentos de agonía. Y no había otra.
Para los médicos la suerte es amiga de la acción y a operar se dijo. Sin dudar mucho y tras un papeleo de obra social y no obra social, el tipo entró a la sala de las cuales algunos se cuelgan y no pueden volver. Y cuchillo noma`. Chau hígado.
“En el quirófano me di cuenta de tanto…” asegura el en ese momento paciente, mientras exhibe su cicatriz que a nadie le interesa. Una para contarles a sus hijos, exagerando, claro.
Si el hígado producía una peritonitis esto lo hubiera marginado de las calles por un buen tiempo, pero todo salió a pedido de los manuales de medicina. Hasta la recuperación.
Un sólo día de internación con visitas de amigos, ángeles guardianes y papagayos traviesos hicieron dar la orden de evolución favorable, alta y a la casa. Pero no fue así…
La llegada pronta y preocupada de sus padres hicieron su post operatorio más ameno, y la estadía en casa se mudo a un hotel con todos los chiches. Mimos de papá y mamá, desayuno en la cama y comidas en restaurantes. ¿No será mucho?
“Un par de horas más y casi que me muero, sólo me queda agradecer a mis amigos, médicos y mi familia incondicional”. Si se moría el protagonista, seguro que vendía la nota, pero bueno dicen que yerba mala…
Excelente nota. Muy ilustrativo, para que, ahora si, todos sepamos cuando podemos estar sufriendo una real apendicitis. Lo importante es que estas bien, y que no intentaste remedios caseros, como la mayoría de los ignorantes. De esos remedios que esconden los síntomas... Me alegra que estés bien, buena por Juan y buena por la familia que se movilizó. Te veo en el Casamiento de Facu y Belén. Yo voy a ser el que va a estar hasta el pingo, digo para q puedas reconocerme entre la multitud...
ResponderEliminarfalto de contar la promesas enviadas a un celular de cuidar a FEDE!!
ResponderEliminarVoy a cumplir, no se cuándo ni dónde, sólo se el por qué jejje
EliminarHola Alvaro, me alegro mucho que solo haya sido un susto y ahora estes bien. Gracias a Dios por la atencion medica oprtuna y adecuada. Bendiciones, un abrazo. Patricia Lee
ResponderEliminary tu sueño de ser Mr. abdomen latinoamérica dónde queda? Me aleghra que estés bien amiguito :D
ResponderEliminarjejeje. Mis promesas fueron fruto de los productos que me pusieron los médicos para dormirme jejejeje
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=TskAoVXj76s El video de mi operación en vivo y directo. Cuidado es muy fuerte.
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