Luego del pico de stress de la hermosa Cartagena necesitaba un spa lo más pronto posible. Y lo encontré, a la orden.
Otra vez la naturaleza y su pintor me devuelven una cachetada perfecta: Parque Nacional Tayrona.
Este increíble parque tiene una gran diversidad de flora y fauna. Sumale a esto montaña, playa y mar. ¿Cómo te quedó el ojo?
Visité el parque dos veces. Si a veces hay que ver para creer, otras hay que ver dos veces para creerlo de a de veras, como diría el chavo.
Primera. Caminar con mi compadre mexicano por muchas horas. Barro o lodo en todas partes por tomar el camino (in) adecuado de los caballos. Ensopado de transpiración y al fin: El paraíso.
Segunda. Acompañado de muchas extranjeras bonitillas. Buseta para acortar el trayecto. Camino de humanos. Canchero de conocer el clima y de guía turístico. Poca transpiración y al fin: El paraíso.
El agua, la lluvia, sus gotas. La montaña, su verde. La tierra, hormigas, la playa y su arena. Palmeras, sus cocos. El cielo y sus nubes. El sol, su fuego. El vendedor ambulante y su
cerveza. El viento… que se lleve los mosquitos.
Dormir en una hamaca fue un tanto “interesante” como dicen muchos extranjeros. Totalmente recomendado, con el off en mano como si fuera un film del lejano oeste. Dormí
si podes.
En Santa Marta quería quedarme a trabajar en el hostel del Tano Miguel, pero el destino y la empresa de avión no me dejaron. ¿Será que Alvarito no está en casa?
¿Quién dijo qué es fácil llegar al paraíso? Hay que portarse muy bien y tomar siempre el camino adecuado.
Que lindo el parque un lugar alucinante... la dormina en hamaca muy bueno tambien, de casualidad nadie te recomendo no piquex? suena gracioso pero funciona!veo que seguis con el look fubolero!
ResponderEliminarte dejo un abrazo
Marianita.
jejejejeje. El look lo pude usar por que vos no estabas...
ResponderEliminarUse un popular aerosol, pero se me cagaban de risa los mosquitos. Igual la experiencia lo vale para siempre!!!