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lunes, 21 de diciembre de 2015

Volverte a ver

¿Dónde vive la Virgen ataja penales? Obra del escultor alemán Ludwig Schumacher. Foto: La Gaceta.

Es sobre vos, que te extraño, por eso empecé a escribir. Te.


Extrañamos porque nos creemos dueños y ante la falta de ese poder se crea el sentimiento. Extrañamos porque fue nuestra y no la tenemos. Esa ausencia nos deja un vacío que genera al monstruo de la incertidumbre, somos desplazados del salón de espera del confort y arrojados a la cruel realidad.

Extrañar es una consecuencia y lamentablemente (ya es tarde) nos damos cuenta después. Extrañar es necesitar y esto lo hace un acto puramente egoísta, nadie sabe realmente lo que siente “el otro” cuando extraña, además no se puede medir la acción de extrañar. Te extraño un 30%, ¡ah, no! yo quería que me extrañes arriba del 79%, como pactamos en las últimas paritarias.

Aparece un recuerdo por tu cabeza en un contexto, quizás, inesperado o algo inesperado, quizás, activa ese recuerdo. El tiempo hace estragos y mientras más comunicados estamos por la vida 2.0, más lejanos nos encontramos.  ¿Y si extrañamos en silencio? No lo publicamos en ninguna red social, ni se lo comentamos a nuestra pareja o amigos. Extrañamos el silencio.

Pienso en el día que te conocí, allá en el maldito tiempo. Con la excusa del carnaval volví a verte, y logré acercarme más. Para la gente de la ciudad, como yo, esas fechas son vacaciones, para vos es algo sagrado. Pienso en esos días de calor, y qué calor que hacía ¿no? Siempre el sol arriba en el cielo, 360 días al año. Yo solo buscaba verte, que importaba el clima.

Extrañar está vinculado con el pasado. Ahora somos extraños, porque en realidad no extrañamos lo otro, nos extrañamos a nosotros mismos como éramos allá en el maldito tiempo. Y de tanto extrañar se gasta el recuerdo, se vuelve confuso.

Una vez, me acuerdo, conseguí un trabajo muy cerca de tu casa, era perfecto, no sabía cuántos días me tocaban, pero los iba a provechar al máximo. Mis compañeros no se imaginaban lo nuestro, ni se los conté tampoco. Disfruté mucho ese pequeño tiempo porque te pude tener muy cerca y recorrerte entera.

¿Extrañar es un acto que lleva a una acción? Por ejemplo, a una movilización del cuerpo hacia un objeto. Extraño comer un postre de chocolinas: el hombre corre hacia la casa de su ex novia para comer un rico postre, que ella preparaba cuando estaban juntos. Comen. El hombre se retira.

Un día se acabaron las razones y me fui a verte solo. Nadie me creía que podía llegar a hacerlo. A los de la ciudad nos parece una gran aventura este tipo de travesías. Y eso es porque la razón no entiende de sentimientos, lo leí en un chicle Bazooka. Y no lo entendí.

Nunca te conté, aprovecho estas inoportunas líneas para hacerlo, pero ese viaje que hice solitario a verte yo estaba, como decírtelo, yo tenía una novia. No voy a perder el tiempo aclarando la situación, ni me conviene tampoco, pero no pienses mal de ella, nunca lo supo.

Tu piel árida, seca y dorada, todo por el sol, que así como nos ilumina nos lastima un poco, pero lo necesitamos. Caminar juntos, vos amable con el saludo y la sonrisa a todos. Yo guardándome las ganas de hacerte alguna que otra escena de celos, no te diste cuenta de eso tampoco, creo.

Hoy, a la distancia, cuando alguien me habla de vos y veo como se ilumina el rostro de esa persona, sé que vos también fuiste suya. No hay dudas, aunque me lo nieguen. Siempre supe que tenías mucho amor para dar, ¿quién soy yo para hablar de exclusividad?

No me puedo olvidar de una vez que fui a tu lugar con un gran amigo, no te avisé que había llegado, armamos una carpa, salimos esa noche y regresamos con uno o dos tragos extras. No sé cómo nos encontraste y despertaste muy temprano por la mañana, que atenta, la temperatura no bajaba de 40 grados: abriste la carpa y nos diste el buen día. Cuánta resaca.

La última vez que te vi fue para un evento solidario, por el día del niño, estabas más linda que nunca. Esa tarde, mientras veía a todos los niños felices recibiendo sus regalos, me emocioné demasiado y vos te burlaste de un par de lágrimas. Sé que lo siguen haciendo a ese evento todos los años, te disfrutan otros.

Ganas o ausencia. Necesidad, falta, vacío, tiempo, lejanía. Cuando nos querernos acercar a la palabra extrañar, nada positivo resulta del primer recuerdo. En un segundo escalón podemos decir que al final de todo extrañamos lo cotidiano, y hasta un poco la rutina. Y si subimos un tercer peldaño hablamos de que ya elegimos extrañar, alejarnos de todo para crecer, como dicen los manuales del vivir.

No puedo dejar todo e ir a verte, no quiero y no me animo. Vos no podés alejarte de tu lugar, porque tu lugar sos vos. La ciudad puede resultar un pecado para todos. Tan caliente de día y tan fría de noche, hoy te extrañé más que nunca y sin razón alguna, pero con todas al mismo tiempo. Espero volverte a ver, Amaicha.

Cuando firmé contrato con la selección de Amaicha.